Julia Santusa Mercado Ccasani, regidora de oposición en Pitumarca, Cusco, sufrió maltratos y discriminación por parte del alcalde y otros regidores debido a su función de fiscalización. A pesar de querer renunciar, su asesor le recomendó interponer una denuncia, lo cual hizo en enero y mayo. A pesar de denunciar públicamente el acoso, no recibió el apoyo de las autoridades locales y organizaciones sociales planean revocar al alcalde. El acoso político y la discriminación contra mujeres autoridades no es un fenómeno nuevo en el país, con un aumento de casos reportados en los últimos años.
“Aguanté maltratos y discriminación durante un año y cuatro meses”, dice en quechua, su lengua materna, Julia Santusa Mercado Ccasani, regidora de oposición del concejo municipal en el distrito de Pitumarca, provincia de Canchis, Cusco.
Desde que juró como regidora en enero de 2023, Julia Santusa trabaja para hacer respetar a los vecinos del distrito y fiscaliza permanentemente las obras de la gestión municipal. Al alcalde de Pitumarca, Alex Huamán Hancco, no le gustó que la regidora cumpliera su función de fiscalizar y representar. Y así, junto a los demás regidores, empezó a excluirla, maltratar y discriminarla.
Julia Santusa, regidora quechuahablante, fue maltratada psicológicamente y discriminada por su condición de género y sufrió de acoso político al mismo tiempo. Recién en el mes de mayo del presente año, en una audiencia pública, denunció el maltrato que ejercía el alcalde en su contra.
Un día, en una visita guiada a obras, el alcalde la abandonó en una comunidad; otro día, se encontraron en el banco y cuando la regidora la saludó le dio la espalda y nunca respondió el saludo; en una tercera vez, en el despacho de alcaldía, Julia Santusa cuestionó, en medio del llanto, por qué la maltrataba y discriminaba, pero el alcalde volvió a maltratarla. La regidora recuerda aquel momento como si hubiera ocurrido ayer: “Le dije por qué me discriminaban mucho, me incomodan, por qué discriminan también a nuestros hermanos del pueblo y a los trabajadores. Me puse a llorar y mi esposo empezó a grabar. En ese momento el alcalde dijo: ‘carajo, quién eres tú para que grabes, por qué estás grabando. ¡Fuera de acá, carajo!, diciendo botó a mi esposo. Mi esposo le respondió que era libre de grabar. Yo le dije a mi esposo que se vaya nomás”.
Hace bastante tiempo que no le avisan cuando el Concejo va a fiscalizar obras municipales ni la invitan a ninguna otra actividad. “Solo ellos se llaman y hacen las cosas”, dice la regidora Julia Santusa.
El maltrato y acoso político contra Julia Santusa llegó a niveles tan altos que hicieron que quisiera renunciar al cargo de regidora. Se lo comentó a su asesor, pero este le dijo que el cargo era irrenunciable y que por el contrario debía continuar con su función de fiscalización. Además, le recomendó que interponga la denuncia contra el alcalde. El 14 de enero interpuso la denuncia policial y el 17 de mayo hizo la denuncia en la audiencia pública de rendición de cuentas.
Cuando contó el maltrato en la audiencia, los varones que estaban en la mesa principal de la plaza no la escuchaban, manipulaban sus celulares y después rieron, casi en coro, en vez de expresar su solidaridad o respaldo a la mujer autoridad. Era como si una denuncia tan grave fuera un hecho anecdótico sin importancia. La regidora dice que el alcalde Alex Huamán Hancco “no respeta a nadie, las organizaciones siempre dicen que les tira la puerta en la cara”. A causa de la denuncia pública, algunas organizaciones sociales anunciaron que comprarán el kit electoral para revocar del cargo al alcalde acusado de maltrato psicológico y discriminación a una regidora quechuahablante.
Cifras del acoso político
El acoso político y discriminación contra mujeres autoridades no es un fenómeno nuevo en el país. Es frecuente que cuando las mujeres ejercen su derecho a hacer política y ocupan cargos públicos son víctimas del machismo y la intolerancia masculina. El acoso político es un delito. Se comete el delito cuando una persona o un grupo de personas ejerce cualquier conducta contra una o varias mujeres por su condición de género, haciendo uso de cualquier medio de comunicación o redes sociales, para menoscabar, discriminar, anular, impedir, limitar, obstaculizar o restringir el goce y ejercicio de sus derechos políticos.
Según la plataforma Observa Igualdad del JNE, en 2022 se registraron 23 casos de acoso político. Mientras que el Programa Nacional Aurora registró entre enero de 2021 y noviembre de 2023, 38 casos de acoso político. La mayoría de los casos se registró entre enero y noviembre de 2023. El acoso aumenta año con año: hubo tres casos en 2021, 8 en 2022 y 27 en 2023. “Estos últimos datos confirman que el acoso político contra la mujer no solo se produce en contextos de procesos electorales”, señala el JNE en el boletín del Observatorio nacional de acoso político contra la mujer.
Pero el acoso empieza en las campañas electorales. Según el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), en el proceso electoral del 2021 el 47 % de candidatas enfrentaron alguna situación de acoso, cinco puntos menos que en las elecciones de 2020 y 2021. Y el mayor porcentaje de agresiones de este tipo se registró en las regiones del sur del país (63.6 %), donde seis de cada diez mujeres fueron víctimas de acoso político.